Analizamos el reporte de compras del gobierno federal para el primer trimestre de 2024. ¿Cuáles fueron las prioridades de gasto del gobierno en más de 20 mil contratos de la Administración Pública Federal?
Como parte del seguimiento y monitoreo trimestral que hacemos de Nuestro Dinero, en esta ocasión presentamos el reporte de compras del gobierno federal para el primer trimestre de 2024. Analizamos las prioridades de gasto del gobierno en más de 20 mil contratos de la Administración Pública Federal (APF). Estos son los principales hallazgos que encontramos:
- El primer trimestre de 2024 es el trimestre que menos recursos y menos número de contratos ha tenido el gobierno desde 2018.
- Hubo menos de la mitad de contratos que el mismo periodo del año anterior, lo que equivale a 20 mil contratos en 2024 comparado con 43 mil de 2023.
- La Administración Pública gastó 92,841 millones de pesos, el menor monto gastado en un primer trimestre de todo el sexenio.
- Únicamente se gastó el 68% de lo presupuestado para contrataciones públicas para el primer trimestre de 2024. Es decir la APF dejó de gastar 42,693 millones de pesos en este periodo con respecto a lo que presupuestaron para ejercer en el primer trimestre.
- Salud, ISSSTE e IMSS dejaron de gastar 16,459 millones de pesos. En conjunto, apenas utilizaron 74% del presupuesto programado para este trimestre. Uno de cada cuatro pesos presupuestados para estas instituciones no se gastó.
- El Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia contaba con 2,648 millones de pesos para adquirir vacunas contra el covid-19; sin embargo, no realizó ni un sólo contrato y no gastó un solo peso en vacunas.
- Mientras las instituciones de salud ejercieron menos de lo estimado, la SEDENA gastó 2.5 veces lo que tenía programado. De 1,566 millones de pesos programados terminó gastando 3,936 millones.
Al revisar las compras del primer trimestre del año identificamos que el gasto en general ha disminuido con respecto a años anteriores, pero no ha sido así para todas las dependencias y, por el contrario, la falta de contrataciones en sectores clave, como el de salud, ponen en riesgo la vida de los mexicanos, pues aun cuando estemos en un año electoral, no puede detenerse la labor del gobierno. Mientras que instituciones de salud han contratado hasta una cuarta parte menos de lo que tenían programado a esta altura del año, sumando más de 16 mil millones de pesos que no se han ejercido en dependencias como el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud, otras áreas del gobierno, como la Secretaría de Defensa Nacional, han gastado cientos de millones adicionales a lo que se había planificado. En esta investigación identificamos que dejar de gastar en el sector salud puede generar desabasto en servicios médicos.
Panorama general: el primer trimestre con el menor gasto del sexenio
De enero a marzo de 2024, la APF destinó un total de 92,841 millones de pesos para contrataciones públicas. Esto implica un ritmo de gasto promedio de 716 mil pesos por minuto, mil millones cada día o 42 millones por hora. De igual forma se realizaron un total de 20,706 contratos en este periodo. Esto quiere decir que, en promedio, se realizaron 230 contratos al día.
La distribución entre tipos de procedimiento de compras este primer trimestre se asemejan a las de años anteriores. De cada 10 contratos, 7 se realizaron por adjudicación directa, 2 por licitación pública y uno por invitación a cuando menos tres proveedores o por otro tipo de contratación, tales como contrataciones entre entes públicos.
Sin embargo, el número total de contratos es mucho menor que el registrado en los primeros tres meses de años anteriores. En el primer trimestre de 2024 hubo 20 mil contratos, mientras que en el mismo periodo de 2023, la APF realizó más de 43 mil contratos. Es decir, este año se han realizado menos de la mitad de contratos.
Lo mismo sucede para el monto total gastado. Como se puede observar en la siguiente gráfica, el primer trimestre de 2024 reporta el menor monto de recursos públicos desde 2018, tan sólo 92,841 millones de pesos. Esto representa apenas el 48% de lo gastado en promedio en adquisiciones durante los primeros tres meses de los últimos seis años.
Cómo hemos insistido en reportes anteriores, uno de los factores más importantes para el monitoreo del gasto público es la transparencia en la planeación de los recursos. Por ejemplo, en el ámbito federal se puede analizar todo el dinero que se planea gastar en un año a través del Presupuesto de Egresos de la Federación, que se aprueba año con año en la Cámara de Diputados. En las contrataciones públicas también hay una fuente para analizar cómo se planea comprar en el gobierno federal durante todo el año: el Programa Anual de Adquisiciones, Arrendamientos, Servicios y Obra Pública (PAAASOP). En este programa, el gobierno estima el gasto que ejercerá cada trimestre en cada institución, lo que incluye los montos estimados por tipo de procedimiento de contratación y el desglose de los bienes, servicios u obras que se planean contratar.
Comparar la planeación de las compras públicas contra lo efectivamente contratado, lo gastado en contratos, nos da un buen marco de referencia sobre cómo el gobierno garantiza su operación para ofrecer bienes y servicios públicos a la ciudadanía. También es reflejo de su capacidad para atender las necesidades o problemas identificados al inicio de cada año. Si bien no contratar conforme lo planeado no es un acto ilegal, sí es una señal de que algo está mal: o no se están liberando los recursos suficientes para satisfacer las necesidades de operación del gobierno y de atención a la ciudadanía o ha habido ineficiencias en la presupuestación, en la planeación de lo que se necesitaba gastar. En caso de que lo presupuestado no sea igual o, al menos, muy similar a lo ejercido nos da la oportunidad de plantearnos preguntas importantes sobre qué falló o qué cambió en la planeación de los presupuestos públicos.
En el PAAASOP para 2024 se estimó un gasto total de 527,889 millones de pesos en contrataciones públicas para ejercerse durante todo el año. Para el primer trimestre se programó un monto para ejercer de 135,533 millones de pesos. Sin embargo, al comparar con los contratos registrados en la plataforma Compranet, la APF gastó únicamente 68% de esos recursos. Es decir, dejó de gastar 42,693 millones de pesos durante el primer trimestre. Este es dinero que no se ha gastado y se tenía que gastar, por lo que será necesario monitorear en los próximos trimestres si esos recursos se atrasaron o simplemente no se ejercieron.
Si bien la diferencia global entre lo planeado y lo gastado es de 42,693 millones, hay instituciones que gastaron de menos pero también instituciones que gastaron de más, como se puede observar en la siguiente gráfica. Por un lado, están los ramos que se encuentran en rojo en la gráfica, que representan aquellos que mayor cantidad de recursos dejaron de gastar. Son los que reportan la mayor diferencia en monto entre lo presupuestado y lo ejercido en contratos. Destacan los ramos del sector salud: ISSSTE, Salud e IMSS. Por el otro lado, aquellos que se encuentran en azul son los que ejercieron más recursos de lo que presupuestaron originalmente. Aquí resalta particularmente la SEDENA.
¿En qué gastó más el gobierno federal? Defensa nacional
Al analizar a detalle si gastar menos de lo planeado se trata de un problema generalizado para todas las instituciones encontramos que no lo es. Hay ramos como el de Defensa Nacional, Relaciones Exteriores y Función Pública que incluso excedieron los montos de compra programados. Por el contrario, ramos como Turismo, Economía y Salud no alcanzaron a gastar ni a la mitad de los recursos que tenían estimados para usar en el primer trimestre.
Uno de los casos en donde se excedieron los montos programados fue el ramo de Defensa Nacional. Para este ramo se planificó un gastó de 2,360 millones de pesos y se gastó casi el doble de lo estimado: un total de 4,555 millones de pesos. En este ramo se encuentran instituciones como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) y el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas. Las primeras dos excedieron el presupuesto estimado. El AIFA gastó 50 millones de pesos más de lo programado para el primer trimestre. La SEDENA programó 1,566 millones de pesos y gastó 2.5 veces eso: asignó contratos por un total de 3,936 millones de pesos. Por su parte, el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas únicamente ejerció el 9.4% de lo programado, el 90% que no se ejerció para esta institución equivale a un total de 303 millones de pesos.
¿En qué dejó de gastar la APF? Sector salud
Un sector de especial preocupación donde no se gastó conforme a lo planeado es el de salud. Esto es particularmente relevante por el contexto de desabasto de insumos médicos en el que ha operado el sector en los últimos años. Tan sólo en tres de los ramos más importantes del sector, Salud, ISSSTE e IMSS, dejaron de gastar 16,459 millones de pesos.
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores (ISSSTE) gastó 8,825 millones de pesos menos de lo planeado. De los 13 mil millones presupuestados para compras públicas, únicamente ejerció poco más de 4 mil millones. Es decir, la nueva administración del ISSSTE solamente gastó 3 de cada 10 pesos presupuestados para adquisiciones en los primeros meses de 2024.
Para el ramo de Salud sucede una situación similar. Únicamente gastó el 38% de lo planificado. Se dejaron de utilizar $4,902 millones de pesos. En el caso del IMSS el porcentaje de cumplimiento entre lo programado y lo ejercido fue de 93% que, si bien es un déficit relativamente menor —de 7%— comparado con los otros ramos del sector salud , en términos monetarios no se utilizaron $2,731 millones de pesos, un monto significativo.
Los recursos no gastados por estas instituciones tienen un impacto inmediato en la vida de las personas que necesitan de estos servicios de salud. En un caso concreto de la importancia del uso eficiente y oportuno del dinero el IMSS presupuestó 2,014 millones de pesos para servicios de hemodiálisis; sin embargo, de acuerdo con los contratos reportados en Compranet, solamente se ejerció para este servicio un 12% de ese presupuesto. Este caso es una realidad, por ejemplo, para pacientes de la clínica 36 del Instituto Mexicano del Seguro Social. En entrevistas a las personas que se atienden en esta clínica, algunos medios reportaron que a los pacientes les posponen las citas para hacerse hemodiálisis debido a fallas en los insumos o servicios.
Es importante mencionar que no es ilegal reprogramar el gasto para otros trimestres. Está permitido por la ley. Sin embargo, hay ramos, instituciones y sectores donde no se debería dejar de gastar: el sector salud es uno de ellos. La programación en las contrataciones públicas es, en cierto sentido, una calendarización de las necesidades de compra para atender a la ciudadanía. Para enfatizar la importancia de este proceso, a continuación exponemos tres casos concretos de instituciones en el ramo de salud que no adquirieron los insumos necesarios para garantizar el derecho a la salud de la ciudadanía que los necesita.
El primero es el Centro de Control de Prevención del VIH y SIDA, que tenía un presupuesto aprobado de 132 millones de pesos. Al cierre del primer trimestre, no se ha realizado ni un solo contrato. Entre las compras presupuestadas en esta unidad, está la adquisición de más de 7,700 comprimidos de Valganciclovir, fármaco usado en el tratamiento preventivo y terapéutico de personas inmunodeprimidas o inmunosuprimidas. El gobierno no ha hecho esas compras. Ya antes, personas y activistas con VIH han protestado por el desabasto de este centro de salud.
Otro caso es el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva. Para este primer trimestre, planeó hacer contrataciones públicas por 223 millones de pesos, pero tampoco ha realizado un solo contrato. Esta institución planificó que realizaría la adquisición de más de 11 mil piezas de ácido tranexámico, fármaco utilizado para detener hemorragias post parto, por un monto estimado de 18 millones de pesos. A la fecha no hay rastro de contratos ejercidos por esta institución.
Por último, el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia estimó 2,652 millones de pesos de gasto en el primer trimestre para compras públicas. Una contratación por 2,648 millones de pesos –equivalente a 99% del monto presupuestado– era para la compra de vacunas para infancias y adolescencias de Covid-19. Sin embargo, no hay registro de la adquisición de estas vacunas al corte del primer trimestre de Compranet.
Este caso permite dos hipótesis sobre lo que puede estar ocurriendo. La primera es que en efecto no se han adquirido estos fármacos, vacunas e insumos médicos, lo cual evidencia que la salud no es una de las prioridades del gobierno. La segunda es que no se hayan registrado los contratos en Compranet, lo cual exhibe un problema de transparencia sobre cómo se usa nuestro dinero en cuestiones fundamentales.
La planeación de las contrataciones públicas no es tema menor. Su incumplimiento implica la atención tardía a las personas que necesitan servicios de salud. En muchos casos, puede poner en riesgo la vida de las personas. Vale la pena plantear una pregunta sobre estos casos: ¿Esta falta de gasto es un problema de planeación o las prioridades del gobierno no son las que las y los legisladores indicaron en el presupuesto?
Este gobierno lleva ya 5 años planificando las contrataciones públicas. Los niveles de cumplimiento de gasto como los observados en este texto demuestran fallas importantes en la presupuestación de las contrataciones. En un entorno electoral complejo, el gobierno federal tiene la responsabilidad de explicar por qué no ha gastado lo presupuestado y cuándo se hará uso de esos recursos. En caso de que se busque cambiar el uso de nuestro dinero, será su responsabilidad hacerlo con transparencia y apego a la ley para garantizar que se haga un uso eficiente y responsable de cara al inicio de una nueva administración.